Y creyéndome una súper-mamá me puse a leer blogs y ver vídeos sobre la decoración de tartas con fondant. No os voy a enseñar el churro que me salió ni confesaré el dineral que me gasté... Para que al final tener que llamar 5 minutos antes del cumpleaños a una prima para que comprar corriendo una tarta infantil normal porque aquello era horrible...
Así qué me prometí hacerle una tan bonita como esa para su siguiente cumpleaños. Y así empecé con los cursos de decoración de tartas con fondant. Han pasado casi dos años y aún me queda muuuuucho por aprender, es cierto. Pero he descubierto todo un mundo de decoración de tartas, galletas, cupcakes, popcakes... Y me encanta, aunque requiere un tiempo que probablemente no tenga con dos hijos pequeños pero ¡merece la pena!
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