Para el cumpleaños de Aurelio su mujer, Isabel, me pidió una tarta sorpresa cuyo único requisito era que el relleno fuera la mermelada casera de zarzamora que ella hace. A veces, cuando te dan tanta libertad para hacer una tarta es peor, porque no sabes por dónde empezar...
La tarta quedó un poco infantil a pesar de ser para un 50 cumpleaños porque el mundo animal y los jardines que a él tanto le gustan fotografiar, hechos de manera realista pueden dar un poco de "repelús". Así que le di un punto divertido convirtiendo la tarta en casi una caricatura.
Otra vez más, el bizcocho fue de chocolate y el fondant de PME, que me gusta mucho por su sabor a nata y porque con el calor que hacía ese día. Es el que mejor se comporta con condiciones atmosféricas adversas. No os imagináis lo que costó que se secara la decoración que llevaba mucho colorante (como el rojo de las setas y la mariquita...) Tres días estuve esperando y no terminó de hacerlo del todo. En cambio, a la decoración verde le puse tanto CMC que se resquebrajó y partió mucho, ¡menos mal que hice hojas de más! A pesar de ello, algunas partes sufrieron durante el traslado.
