lunes, 22 de septiembre de 2014

Tarta Queso Manchego

Hace poco me pidieron unos amigos una tarta para regalar por un aniversario de boda. La tarta era para los propietarios de la maravillosa quesería La rosa amarilla, cerca de Chinchón. Y me dejaron muy claro qué es lo que querían regalarles... Con la suerte de que esta forma de tarta, como con un trozo cortado, quería probar a hacerla desde hace tiempo. 



Me parecía que el cortar una cuña a una tarta y luego forrar el relleno era de lo más fácil del mundo y quedaba muy "resultón". Pero, una vez, lo que me parece sencillo no resulta serlo y acaba convirtiéndose en un quebradero de cabeza. Además, una vez más, la crema de mantequilla y el calor jugaron en mi contra...

Esta tarta, rellena de bizcocho de café y recubierta con crema de mantequilla de café empezó con muy bien pie hasta que la saqué de la nevera para cubrirla con el fondant. Cuanto más trabajaba en ella para hacer las marcas del queso, más iba sudando por debajo y perdía su consistencia. Varias veces tuve que volver a meterla en la nevera para que se "recuperara" un poco, con lo mala que es la nevera de mi casa para el fondant, ¡hay mucha humedad dentro!


Aún así, la etiqueta en papel de azúcar de La Galleta Prometida (Fedra y Patricia son un amor y la calidad de su papel de azúcar es increíble), el molino en pasta de goma con las aspas movibles y la pareja de ovejitas consiguieron que el conjunto quedara bastante digno. A última hora se me ocurrió para completar la presentación, forrar la tabla con aeronfix imitando madera y quedó muy chulo porque parecía una tabla de queso de verdad.

 

2 comentarios:

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