¿Azúcar glas o azúcar granulado?

Muchas veces me preguntan por qué la mayoría de las recetas de repostería son con azúcar glas. Y yo siempre digo que es "por la textura". La gente se cree que es una moda y que si toda la vida se ha hecho con azúcar "normal", ¿por qué usar otro azúcar? Pues hoy, por fin, vais a entender por qué sí merece la pena usar este tipo de azúcar...

Cuando empecé con esto de la repostería, a penas prestaba atención a los ingredientes, pero con el tiempo me he dado cuenta que el porcentaje de materia grasa de una mantequilla es lo que hace que unas galletas se deformen en el horno o no. Y lo mismo ocurre con la calidad de la harina, las esencias o el tamaño de los huevos. Y os prometo que, desde que descubrí el azúcar glas, es lo único que uso para todo lo que hago: tartas, bizcochos, cremas, cupcakes, glasa real... Y, además, siempre uso Azucarera, primero por la calidad del pulverizado (os aseguro que esa finura no se consigue triturando azúcar normal con la Thermomix, como he leído por internet, luego las mangas se atascan y es un lío...) y lo segundo por los formatos: el bote de 300 es la medida perfecta para las galletas, así me ahorro andar pesando; y los sacos de 3 kilos son un auténtico ahorro.

Volviendo al tema de la variedad de tipos de azúcar, este fin de semana estuve haciendo tartas y aproveché para hacer las cremas o buttercream con los dos tipos de azúcar. Con sólo ver las dos fotos, entenderéis porqué el azúcar glas es tan maravilloso y por qué no es lo mismo usar uno que otro.

Espero haberos resuelto vuestras dudas. Y ya sabéis, cualquier consulta que tengáis, aquí me tenéis... ¡Feliz semana!