La relación que mantengo con mi dentista es de amor-odio. Es amigo de mis padres, y yo creo que eso me ha salvado que me mandara a la m... cuando llegaba a su consulta jueves tras jueves con la mitad de los brackets en la mano. Sí, confieso que he llevado aparato desde los 12 años. Toda una vida visitando al dentista que al final ha acabado en cariño. Ahora, más madura y con unos bonitos dientes, me doy cuenta de que si yo hubiera sido él, me habría dado un bofetón por desastre y poco cuidadosa.
Afortunadamente ha pasado el tiempo y (creo) me ha perdonado. Así que me organicé con su santa mujer para hacerle unas galletas por su 60 cumpleaños. Al final convenimos hacer 90 galletas de diferentes motivos. Y la verdad es que, a pesar de ser sencillas en su diseño, el resultado me encantó. Quedaron bonitas, encantaron y al pobre cumpleañero no le dejaron ni una para probarlas... ¡Fueron todo un éxito!
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